Llegaste y me besaste. No era consciente de que un pequeño roce de labios podría cambiar mi mundo.
Nuestro destino estaba ahí, nuestros dos nombres estaban escritos. El mío al lado del tuyo. El tuyo al lado de mio mío.
Los pequeños detalles que ponían mi piel de gallina y al pensar que podría tener un final, se me encogía el alma. Esas cosas me hicieron entender que te quería, que éramos la eternidad. Juntos hicimos lo imposible y conocimos aquello que desconocíamos. Creímos el uno en el otro, nos mirábamos con ojos llenos de amor y todo aquello parecía que no tendría un final.
Pero el día menos esperado, las palabras se clavaron como cuchillos, la mirada no era la misma y esa voz ya no sonaba tan dulce, algo había cambiado y ese algo dolía. Dolía mucho. Es en ese momento, cuando comprendes que las promesas no se cumplen, que las palabras se las lleva el viento y lo más importante, que tu vida cambia cuando menos te lo esperas, en cuestión de segundos.
domingo, 21 de julio de 2013
miércoles, 10 de julio de 2013
En un corto periodo de tiempo las cosas cambian. Todos tus planes se pueden ir a pique, tus emociones desaparecen y el silencio se apodera de todo. ¿Qué es eso que se siente cuando tu vida cambia? ¿Cuándo todos tus planes se convierten en palabras? ¿Cuándo miras y no sabes como seguir?
Me pregunto una y otra vez porque te escapaste. Tú tenías un lugar en mi destino, lo sabía. Estaba segura. Pero te fuiste.
Es curioso como tu vida da un giro por completo. Te ves de una manera totalmente contraria a la que te hubieras imaginado en un pasado.
Notas y sientes como algo se acciona, ya ha cambiado. Se ha perdido.
Nuestra manera de mirarnos cambió el día que nos dijimos "Adiós" por última vez. Te perdí. Me perdiste. Nos perdimos.
Ahora somos dos desconocidos con algo en común. Algo que solo nosotros sabemos. Algo que solo nosotros recordamos.
Pero nunca cometas el error miras atrás, porque seguramente tendrás la tentación de volver.
Recordarás mi risa, cuando te tires a la de los lunes. Recordarás mis abrazos mientras acaricies a la de los martes. Recordarás mi mirada cuando le digas "te quiero" a la de los miércoles. Recordarás mi manera de besar mientras le prometas a la de los jueves que solo piensas en ella y que no hay nadie más. Recordarás mis gestos de niña pequeña cuando la de los viernes no te haga reír. Recordarás el tacto de mi pelo cuando estés en la cama con la de los sábados y se aparte ella el suyo. Y te darás cuenta de que ninguna puede sustituirme cuando estés con la de los domingos. Serás consciente de que soy la única que te hace feliz. Echarás de menos hasta mis defectos.
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