miércoles, 20 de marzo de 2013

Parte 6.

La noche trascurría y con ella sus emociones. El tonteo entre ellos cada vez era mayor y más o menos, la chica, cada vez tenía más claro que pasaría algo entre ellos. Esa noche moriría de amor.
En realidad no se lo podía creer, era algo... Puf, inexplicable. Lo tenía como imposible, y eso de estar así con el se le hacía extraño.
Se sentaron en un patio y los abrazos eran continuos, la sonrisa no desaparecía, y las palabras sonaban más dulces que nunca.
Él le propuso moverse, empezaron a andar y llegaron hasta un sitio que ella conocía bastante bien; aquel banco enorme de cemento amarillo, justo donde empezó todo, empezó sin que el supiera nada.
Sus palabras cautivaban a la chica, hacía que le brillaran los ojos, ¿se estaba enamorando? quien sabe.
Según él, ella era la razón por la que ahora mismo no estaba mal, eso a ella le motivaba, estaba segura de que nadie podría hacer que en ese momento estuviera mal, nadie.
Se tenía que ir, fue a despedirse de todos y ella le acompañó; mientras hablaba con una amiga.
Fue a acompañarle y en una esquina enfrente de un coche azul la miró, sonrió, le cogió la carita con las manos y la besó. Ese momento fue explosivo, una manada de mariposas recorrían el estómago de la chica, no quería que se fuera, no quería estar sin él.
La mejor noche de su vida.

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