domingo, 16 de junio de 2013

352.

La impaciencia se está apoderando de mi poco a poco. Las ganas de besarte me pueden, y es que no hago más que pensar en como será el momento en que te vuelva a ver. Deseo que los días pasen volando y sentir tus brazos en mi piel de nuevo. No hago más que recordar la última noche que pasamos juntos, el último abrazo, el último adiós...
Hay algo que me marca, un número, una cantidad, una distancia. 352. 
¿Por qué me enamoré de ti?
Todo empezó con una amistad, una gran amistad, éramos inseparables, me gustaba acompañarte a todas partes y contarte mis estupideces. Creo que fue de la noche a la mañana, cuando dimos comienzo a una serie de abrazos y caricias continuas, de golpe, todo eso se convirtió en amor. Nos culpábamos una y otra vez porque pensábamos que perderíamos aquello que tanto apreciábamos llamado "amistad".
Cada uno volvía a su destino y cada vez que esto sucedía, no volvía a saber de ti apenas. 
Sin embargo, cada vez que nos veíamos de nuevo, había algo que no cambiaba: El sentimiento.
Era algo demasiado fuerte, y es que nunca cambiaba, siempre volvía a sentir lo mismo que la vez anterior, incluso más. Eso se llama enamorarse. La persona de la que realmente te enamoras, es de la que cuando la ves, los sentimientos se disparan como estrellas fugaces, como las bombas en la guerra. Pase el tiempo que pase, todo aquello se revive. No hay manera de desprenderse del recuerdo.
Pero solo me queda decir, que en 45 días eres mío.

sábado, 8 de junio de 2013

Realmente no sé como sentirme.
¿Cuántas veces hemos llorado de rabia?
Contigo cambió mi vida, fuimos dos tontos enamorados que caminaban por esas calles como dos niños en busca de una nueva aventura. Veíamos pasar personas, quien sabe que historia tenían tras ellos, pues nosotros solo nos mirábamos con ojos de amor.
Los besos que nos dimos son incalculables y los abrazos mi más preciado recuerdo. Nunca creí en los "para siempre", pero contigo esa opinión resultó nula. No me hacía la idea de separarme de ti, no me podía imaginar un solo segundo sin que tú fueras mio.
Nada resultó ser como pensaba. La oscuridad y el frío se apoderó de mi. Veo que tu amor  no era amor, y eso es lo que más duele, lo me crea esta situación de ira. 
¿Realmente me has querido alguna vez? ¿Qué sentías tú cuando me besabas? ¿Y cuándo me abrazabas? Tengo mil preguntas, pero de nada serviría que me respondieras, nada tendría solución fuera cual fuera tu respuesta. Camino con la soledad, es mi mejor  compañía después de mi. El tiempo me ha dado la razón, y es que lo que nace se apaga, que podemos pasar de reír a llorar en cuestión de segundos. Que no es que no sepamos lo que tenemos hasta que lo perdemos, simplemente cuando notamos que lo perdemos lo queremos con más fuerza. 
Éramos distintos, todo se volvió oscuro en cuestión de meses, nadie creyó en lo nuestro pero ahí estábamos nosotros. Todo fue un esfuerzo relativo sin sentido alguno. El miedo nos conseguía por milésimas de segundos acumuladas en dolor constante. El miedo se apoderaba de nuestros ojos y con ellos las lágrimas. El miedo pudo con nosotros y las verdades o suposiciones nos mataron.
Solo espero no volver a encontrarte, pero créeme, nunca quise hacerte daño.

sábado, 1 de junio de 2013

Cambiaste. Cambié.

Mírate. Mírame.
¿Qué ha pasado?
Hemos cambiado.
¿Acaso no recuerdas los días en los que no podíamos pasar el uno sin el otro? Los mensajes infinitos o esas llamadas que en un principio serían de 10 minutos y terminaban durando horas. Cuando al verme me cogías con tus perfectos brazos y no me soltabas hasta 15 minutos después, me decías que necesitabas saber con certeza que no era un sueño, que estaba ahí contigo.
No te gustaba estar sin rozar mi piel, según tú, necesitabas sentirme. Me susurrabas que era diferente, que te hacía sentir cosas que tú ni si quiera sabías que existían, me decías una y otra vez que por nada del mundo te separarías de mi. Sonreirme era tu particular manía, adorabas matarme a cosquillas, según tú mi risa era adorable y muy natural; que aunque te dijera que pararas, me encantaba jugar contigo.
Y las tardes comiendo chuches, siempre cogías las que más me gustaban, hacías la acción de meterlas en la boca pero después me las dabas ami. Me dijiste que era tu prioridad, que me tenías ante todo y que ya sabías cual era tu "misión" en la vida, hacerme feliz.

Pero todo cambia, nosotros cambiamos.
Lo que piensas que es eterno no tarda en tener un final.
Ahora siempre que me acuerdo de ti me hago la misma pregunta, de si todo aquello era verdad, todo lo que decías, porque lo que me prometiste ya veo que no. Nunca te separarías de mi, y aquí ya no estás.
Fuiste tú. Fuiste tú el que me falló, el que decidió irse de mi vida sin ninguna explicación, tu único argumento fue que ya no sentías lo mismo. Si de verdad quieres a alguién, los sentimientos no cambian, yo no he cambiado.
Pero solo me queda decirte una cosa: Eres pasado.