viernes, 22 de marzo de 2013

Parte 8.

No tardaron en verse, pero esta vez era diferente, estaban juntos, él era de ella y ella era de él.
El timbre sonó y ella abrió, allí estaba él. En cuanto sus miradas se juntaron el abrazo fue inmediato, un perfecto y profundo abrazo.
Él se sentó en las escaleras y ella en sus piernas, las sonrisas entre ambos eran continuas y ninguno de los dos quería que se hiciera la hora de separarse el uno del otro, ¿se estaba enamorando? Tampoco haría nada para evitarlo, era lo que quería, enamorarse, enamorarse por primera vez.
Era él. Sí, era él. Aquel chico que veía siempre sentado en aquel banco amarillo enorme ahora mismo lo tenía delante, besándola, abrazándola, dándole mimos... Era totalmente increíble, parecía un sueño, un sueño sin fin. No veía el día en que todo aquello acabara, no paraba de pensar en todo el tiempo que les quedaba por estar juntos.

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