martes, 30 de abril de 2013

Tu teléfono nunca suena. Que triste el recordar  aquellas llamadas. Que inoportuno el recuerdo, aparece cuando menos lo necesitas, tu mente se lo consiente y tu corazón lo rechaza. No necesita más daños, ya fue suficiente, y esta vez, la reparación tardará más de lo que tenía pensado. 
Puedo no roncar por las mañanas, puedo aguantar la respiración bajo el agua hasta que explote, puedo dar la vuelta al mundo en 81 días, puedo viajar a la Luna si así lo quisieras, puedo mendigar besos si tú no me los das. Pero lo que si que no puedo es olvidarte en este mismo instante, porque por ti volví a nacer.
Era tu guerra de por las noches y tu desayuno por las mañanas. ¿Podíamos pedir más? Lo fuimos todo, dejamos el pasado atrás, tú el tuyo y yo el mío. En ese momento, dejamos de ser dos para ser uno.
Por esas tardes de peli que terminaban en pasión, por esos abrazos que seguían con besos, por esas palabras que se convertían en sonrisas, por aquellas promesas que han quedado en nada.
Desencadenabas mi locura y me hacías perder el control de mis sentidos cuando menos lo esperaba, porque así eran nuestros momentos juntos, algo inesperados.
Pero escúchame bien, estoy aquí amor.

domingo, 28 de abril de 2013

Que alguien me explique porque ahora te echo de menos. No ha pasado mucho tiempo, pero no es lo mismo que al principio de terminar. No te quería ver. No te echaba de menos. No tenía ni el más mínimo recuerdo de todo aquello por lo que pasamos juntos. Ni si quiera tenía la necesidad de hablar contigo.
Y ahora no hago más que pensar en como sería todo si todavía estuviéramos juntos. Tal vez me gustaría terminar las noches de los viernes y los sábados entre besos, risas y abrazos, como solíamos hacer; y despertarme por las mañanas contigo cogido a mi cintura y observar como como duermes. Hacerte cosquillas hasta que morías de la risa, era mi adicción. Esas sorpresas de ir a recogerme al instituto los viernes, comer juntos y lo que le sigue. Esos abrazos en los que me sentía pequeña, pero que tu me hacías creer con tus palabras, que era la persona más grande de este puto mundo.
Como nos mirábamos en el uno al otro, con esos ojos de enamorados. Nunca nadie me había mirado de esa manera.
¿Y cuando nos enfadábamos? No aguantabas ni 2 minutos sin besarme; yo me hacía la dura y en realidad estaba deseando que vinieras a mi.
Y las noches de los sábados viendo la tele hasta las tantas de la madrugada, como no, abrazados.
Puede que me arrepienta de como estuvimos los últimos meses, no fui lo que te merecías. Pero eran mis sentimientos y en ese momento no los podía cambiar.
No sé si todavía te quiero. Puede que sí y por eso me acuerdo de ti de este manera. Siento que lo que tenía contigo, nadie me lo va a poder dar, pero por otra parte, pienso que todo terminó por algo... esos defectos con los que yo no podía estar, y ahora que has conseguido levantar cabeza, no es justo para ti que yo vuelva. Tal vez lo mejor sea olvidarte.

viernes, 26 de abril de 2013

Miras hacia delante intentado buscar una respuesta coherente para cada pregunta que formulas en tu cabeza. El cielo te responde con lluvia y tú te das por vencido.
Ya no hay marcha atrás, le fallaste. Le fallaste una vez más. La perdiste. No supiste valorarla ni darle el cariño que ella quería, o mejor dicho, que necesitaba. Le prometiste rosas y lo único que recibió de ti fueron las espinas. Le juraste besos bajo las estrellas y lo único que ha sentido bajo las estrellas han sido sus lágrimas. La dejaste escapar, es más, le dijiste que se fuera y ella lo aceptó. ¿Y ahora quieres que vuelva? Tío, haberla arropado cuando tenía frío, haberla hecho reír cuando no era capaz ni de sacar una pequeña sonrisa, haberla abrazado cuando decía que tenía miedo a perderte, no haberla usado para quedar cuando tus "colegas" te daban de lado o no haberla hecho creer que era la única cuando en realidad, cada día pasaba una diferente por tu cama.
Tenías que darle los buenos días cuando estaba enfadada, apoyarla cuando ella decía que quería estar sola, porque en realidad, deseaba estar contigo.
Y ahora te arrepientes, ahora te das cuenta de que realmente, es la persona que te aporta lo que necesitas. Te das cuenta de que su carita, es la última que quieres ver cada noche y la primera cada mañana. Ahora es cuando extrañas esos pequeños detalles o actitudes de niña pequeña que tenía a veces.
Ahora que ella consigue levantar cabeza, vuelves. ¿Sabes una cosa? Haberla valorado antes, porque ya la has perdido. Cada persona es única, y no encontrarás a nadie como ella.


Como una montaña rusa que sube y que baja. Como un pez que nada a contracorriente. Como ese disco rallado que nos empeñamos en que funcione limpiándolo con la manga de la camiseta una y otra vez. Como cuando tiramos de la puerta hacia fuera cuando es hacia dentro. Todo son intentos fallidos, como nosotros. Un intento fallido de amor, algo que no supimos cuando o como empezó, pero sí porque acabó.
Hablan de sentimientos y ni ellos mismos saben lo que es. ¿Tú lo sabes?
Todo son errores que algún día cometimos, cosas que no supieron valorar y que luego buscaran. Te prometen el cielo y ni si quiera saben mantenerse ellos mismo sobre tierra. Te prometen rosas y solo recibes espinas. Te juran amor y ni si quiera saben pronunciarlo. Dicen de avanzar y no dan ni un paso. Hablan de demostrar y solo dicen palabras.

miércoles, 24 de abril de 2013


Él la mira, sonríe. Ella se pone roja, le brillan los ojos. Eso significa algo. Algo bueno. No pueden apartar la mira el uno del otro, sienten algo raro, algo inexplicable. Les gusta.
Se acercan más, los ojos de ambos se cierran y sus labios se juntan, es explosivo. Las manos de él están en las caderas de ella, nota como sus manos van subiendo poco a poco por debajo de su jersey y ahora están en su ombligo. Las siente por las costillas, sus nervios aumentan. Pero justo cuando llega debajo del pecho, él para.
Ahora se siente bien. Se relaja. Sus labios se separan, sus miradas se juntan, ella le mira... Le quiere.

domingo, 21 de abril de 2013

Mira hacia alante, ¿ves algo? Claro que no. Es normal que no veas nada, es todo lo que te queda por descubrir, pero si te encierras en el pasado y no avanzas, nunca sabrás lo que es.
Nadie te asegura que sea bueno, tampoco que se sea malo, pero si no intentas avanzar nunca lo sabrás.
Piensa en todo lo que has pasado, las lágrimas caídas, las sonrisas perdidas, las noches sin dormir y los pensamientos que nunca formaron parte de la realidad. Dime ahora que no tienes ganas de avanzar, si me dices que no, mientes. Venga, sécate esas gotas que caen de tus ojos, ponte guapa y sal, empieza a recorrer esa ruta que tienes por delante que es lo mejor que tienes ahora mismo,ahí está tu destino, deja que te encuentre, no lo busques, el sabrá el momento indicado para aparecer, solo quiere sorprenderte. Tal vez lo tengas más cerca de lo que imaginas y simplemente no lo ves.

lunes, 15 de abril de 2013


Gritas al cielo como si fuera a ayudarte, como si con ese simple chillido fueras a resolver  tus problemas, como si hallaras la respuesta ahí arriba.
Intentas refugiarte a las afueras de todo, alejada de la sociedad y todo lo que la compone. Desconectas. Apagas el móvil. No quieres saber nada de nadie, y que nadie sepa absolutamente nada de como estas o lo que piensas. Como si no existieras. Hay hechos o simples problemas que te cambian. Te cambian la manera de pensar, cambian tus reacciones y como no, las emociones también. Hace que te des cuenta de que lo que realmente necesitas son cambios. Ser otra persona. Quien sabe, quizá cambiar de aires  una larga temporada. Pero te paras a pensar y te caes en que no, que eso sería imposible. Te das cuenta de que el sitio más alejado al que puedes ir, es en el que estás en ese preciso momento. Todas tus ilusiones se desvanecen. Nadie te entiende, ni tu misma lo haces. Es una sensación de malestar imborrable, puede que sea un cúmulo de cosas, sabes que hasta que no consigas saber lo que es, no terminará. Pero te pierdes. No sabes que dirección tomar, mentira. Ni si quiera encuentras el camino. Está nublado; que digo nublado oscuro. Está oscuro.
Solo hay algo que puede poner solución a todo sin buscar o encontrar los "por qué" o las  razones. Esa solución es la luz. La luz del camino. Pero eso ya es otra cosa, todo aquello depende del destino. Así que tendrás que seguir gritándole al cielo hasta que "el destino" decida poner esa luz en tu camino.


-¿Qué te pasa?

+ Nada.

- Intenta decírmelo mirándome a los ojos, a ver si así me creo que no te pasa nada. No sabes mentir.

+ Tonto...

- ¿Sabes? Me encanta cuando me llamas "tonto" de forma cariñosa, te pones preciosa. Pero bueno, no cambiemos de tema, quiero que me digas lo que te pasa.

+ No sé explicarlo. No me entiendo ni yo, ¿que te hace pensar que tú lo harías?

- Inténtalo, con tus palabras y con tus ojos me bastará para poder comprenderte.

+ Verás... Es una mezcla entre miedo y preocupación. Míranos ahora, estamos juntos. Tú me tienes. Yo te tengo. Hemos pasado miles de cosas juntos a lo largo de este tiempo. Muchísimos momentos por recordar. Canciones. Detalles que han hecho que todo esto vaya creciendo día tras día. Hemos compartido besos, abrazos, miradas y muchas más cosas. Y  ni tú ni yo sabemos que pasará dentro de unos años, si estaremos juntos o cada uno hará su vida por separado. Puede pasar algo en cualquier momento. La vida es difícil y nosotros somos jóvenes. Entonces pienso en todo lo que tenemos ahora tú y yo y me doy cuenta de que no podría vivir sin muchas de esas cosas. Cada vez que lo recordara lloraría.

- ¿Es eso lo que te pasa? No sabemos lo que nos depara el futuro, pero el presenta está  aquí, y si nos lo amargamos pensando en lo que pueda pasar, nunca estaremos bien. Solo te voy a decir una cosa: Disfruta del momento, porque cada segundo es único. Te quiero pequeña.

domingo, 14 de abril de 2013


Estoy perdida. No me encuentro. Ni si quiera se que hago aquí, tumbada en la cama escribiendo como una completa imbécil cosas que probablemente solo entienda yo y para vosotros no tendrán ningún sentido o tan solo serán una simple acumulación de la palabras que tengo en mi cabeza y necesito soltar de alguna manera.

Me pongo a pensar. Pero entonces mi cabeza se tambalea, pierde los sentidos. Demasiadas cosas en mente para tan poca razón. ¿Feliz? Yo pienso que nunca se es feliz, o por lo menos del todo, ni si quiera me acuerdo de la última vez que yo lo fuí. Probablemente me  durara 1 hora o a lo mejor 10 minutos. Después todo eso desaparece y un simple pensamiento o un jodido recuerdo, puede cambiar tu estado de ánimo, y vuelves a lo de siempre con tus lágrimas, tu furia y tu rencor hacia todo aquello que algún día te hizo daño. Puede que penséis que escribo como una adolescente inmadura, que intenta llamar la atención de alguna manera o que desprende sus palabras para que la gente las lea. Pero es vuestra opinión, no la comparto y si es así, nadie os obliga a leerme.

Tengo miedo, como muchas chicas o chicos de mi edad. Miedo de lo que me tenga preparado el futuro, o mejor dicho, el destino, miedo de lo que el haya guardado para mi. Hay personas que no creen en él, en el destino, yo, personalmente sí. Creo que el final de nuestro camino o lo que nos espera, está escrito en alguna parte y que todo tiene un "por qué".

Lo siento.

Querido estómago: Perdón por todas las mariposas, que solté sin controlar, cuando realmente fue un error... Perdón por no cazarlas antes de que llegaran a la garganta y se chocaran entre sí queriéndose morir... Querida almohada: Perdón por todas las lágrimas, por no consultarlo primero contigo, por abrazarte pensando en alguien que no eras tú, y por golpearte cuando no fuiste tú quien me trató tan mal...Querido corazón: Perdón por todo el daño. Por todo. Por suplicarte que aguantaras lo insoportable, por prohibirte hablar, por hacer de ti, un viejo músculo algo mal parado. Perdóname por no cuidarte tanto como mereces...Querido cerebro: Perdóname por no creerte, aún sabiendo que tenías razón. Por no escucharte, y por creer que Corazón y tú estabais en guerra... No sabía, que lo único que queríais era a alguien que concordara con ambos. Querido tiempo perdido: Gracias por haber existido, por haberme dejado libertad para actuar como quería, y lo siento por no haber comprendido antes, que tú, no volverías.

lunes, 8 de abril de 2013

Ahí arriba.

Por todas esas personas que se fueron sin avisar. Se fueron sin decir "Adiós" por el simple hecho de que ni ellos mismo sabían que se marcharían. Los que están ahí arriba desde el día en que se fueron, mostrándonos su mejor sonrisa que aunque no la veamos sí que podemos imaginarla como si la tuviéramos delante, podemos sentir esos abrazos que un día nos aportaron paz, podemos recordar y revivir en nuestra mente aquellos momentos tan especiales que nos hicieron pasar, o como nos ayudaban a levantarnos de cada caída, como nos cebaban en las comidas y las meriendas, parecía que se pensaban que no habíamos comido en la vida; o cuando nos decían que éramos los más guapos del mundo mundial y nosotros sonreíamos de una manera dulce y sincera. Nuestros abuelos. Aquellos a los que tanto hemos querido y tanto queremos, que han sido como padres para nosotros, han sido las patas de nuestra mesa, nuestro suporte, el asa de nuestro cubo, la manivela de nuestra puerta, nuestro mango de la sartén, nuestra bombilla de la lámpara o nuestras agujas del reloj; algo imprescindible. Son las personas de las que nos acordamos cada día y les dedicamos todas nuestras victorias. En algún volveremos a estar con ellos, pero mientras tenemos que formarnos como personas e intentar que se sientan orgullosos de lo que somos o podemos llegar a ser en un futuro.

domingo, 7 de abril de 2013

Todos iguales, nadie diferente.

Muchas veces nos paramos a pensar el "¿Por qué?" de muchas cosas y la mayoría de las veces no encontramos respuesta. Queremos lo que no tenemos y lo que está a nuestro alcance no lo valoramos. El ser humano es así, somos egoístas por naturaleza y superficiales como la vida misma. No aceptamos a las personas por cualquier defecto físico o psíquico que tengan. Juzgamos sin conocer y hablamos sin saber. No fiamos más de las apariencias que de las palabras que salen de esa persona. Nos guiamos más por lo que nos dicen los demás, que de lo que realmente pensamos y muchas veces dejamos que nos afecten las palabras de quien menos nos importa. Pensamos más en nuestro propio beneficio que en el del que tenemos al lado. Nuestra vida es una acumulación de impulsos por los que nos dejamos llevar y nuestra cabeza un juego de preguntas y respuestas que nadie consigue acertar. Todo esto es la realidad, tan real como la vida misma. Y por mucho que nos empeñemos y nos propongamos cambiar, todo seguirá igual.

miércoles, 3 de abril de 2013

"Si no tienes nada solo te queda la posibilidad de ganar"

Sé que puedo y no me pienso rendir.
Con el tiempo me he dado cuenta de que siendo negativa no llego a ninguna parte, que es mejor pensar en positivo, olvidarte de lo malo y centrarte en lo bueno.
Las cosas cambian y quien sabe si esta vez tendré suerte. Aunque tampoco creo que sea cuestión de suerte el tener o no a una persona, más bien tienen que ver la cualidades y la manera en la que puedan llegar a encajar, yo pienso que puedo hacerte feliz, que puedo hacerte reír 25 horas al día 8 días a la semana, que puedo hacer que recuperes esa ilusión que un día perdiste, que puedo conseguir que te enamores de nuevo y sin miedo nada.
Claro que me costará, en esta vida nada es fácil, y dicen que si es difícil valdrá la pena, ami de eso no me cabe la menos duda. Porque cada día me voy dando cuenta que solo me importas tú y me imagino en como sería todo si estuviéramos juntos... que traicionera es la imaginación.
Todavía no tengo claro lo que voy ha hacer, solo sé que voy a luchar y demostrar lo que siento como nunca lo hice por nadie, los actos supongo que vendrán solos, ya que eso tiene que salir de dentro, pero bueno, dicen que todo esfuerzo tiene su recompensa ¿no? Solo espero que tú seas la mía, no habría nada mejor.
Solo quiero que te quede claro que mientras me queden fuerzas voy a estar ahí, que hasta que no me digas vete no pienso marchar, que voy a perder el miedo y me centraré en disfrutar.

martes, 2 de abril de 2013

Le volví a perder.

Que sí. Que esta vez he vuelto a fallar yo. Que tal vez no he sabido controlar mis ilusiones y por eso ahora estoy así. ¿Pero sabes una cosa? No me arrepiento para nada el haberte hablado aquel 18 de Marzo a las tantas de la madrugada, bueno 19. Fue un paso que me costó mucho dar, me lo pensaba y me lo pensaba, y al final me dije ¿por qué no? No pierdo nada, solo tengo la posibilidad de ganar y si no es así no tengo nada que perder. Pensaba que después de todo el tiempo que había pasado ni si quiera te acordarías de mi. Para mi sorpresa no fue así, te acordabas, bueno, sabías quien era. Ese momento me gustó, seguro que por un segundo mi imagen fue a tu cabeza y con un poco de suerte alguno de los momentos que pasamos juntos. Quien sabe que pensarías exactamente, ni soy vidente ni tengo intención de serlo, pero me gustaría saber que piensas de mi, si te acuerdas en algún momento del día o si aun me guardas algún pequeño recuerdo. Pero la lié una vez más. Todo lo que podía haber vuelto a ser quedó destruido. Lo que había ganado en dos semanas lo había vuelto a perder en 1 minuto. Que claro que entiendo las razones, por eso no estoy insistiendo. Pero ahora la duda la tengo yo. No sé si luchar o quedarme quieta. Si esperar o hacer mi vida. Si olvidarte del todo o recordarte. Si hablarte o esperar a que lo hagas tú. Porque tampoco sé lo que sientes tú por mi o lo que piensas, nunca me quedó nada claro, si al menos supiera algo de lo que pasa por tu cabeza si que sabría reaccionar, pero ahora me encuentro entre la espada y la pared. Todo depende de nada.

lunes, 1 de abril de 2013

Parte 22.

22 de Septiembre.
Ella llegó a medio día y encendió el ordenador. Estaba él.
Puso un estado "22 :$" parecía que estaba con alguien pero solo quería ver si él le hablaba, y tenía la excusa de poder decirle que era de su mejor amiga.
Efectivamente, le habló.
Las palabras dolían.

ÉL: ¿Ya estás con otro?
ELLA: ¿Que pasa? ¿No puedo tener mejor amiga o que?
ÉL: Eh tranquila, ya hace tiempo que te he olvidado. Pero tenían razón, era mejor que no te lo dijera, te lo tomarías a mal.

No sé si fueron las palabras exactas pero fue algo parecido, le dijo que había encontrado a otra persona y lo tenía que aceptar. Dolía, dolía más que nunca.
Pero ella solo mostraba indiferencia, no quería que el supiera que se estaba muriendo por dentro.

En ese momento pasaron mil cosas por su cabeza. Una promesa no cumplida. Miles de abrazos y trillones de besos. Todas esas palabras. Todos los planes que tenían juntos. Recordó el principio, el principio de todo, lo que le había costado conseguir a ese chico y lo rápido que lo había perdido. Todo para nada. Los momentos juntos no le compensaban todo el dolor que estaba sintiendo.
Los días pasaban,  ella se metía en su perfil e iba viendo como el chico del que se había enamorado locamente estaba colado por otra chica que no era ella. Se sentó a ver como el chico que quería se enamoraba de otra. ¿Había algo peor que eso? No lo creo, y si es así que vengan y me lo cuenten.

Se dejaron de hablar por completo, puede que le viera alguna vez por la calle pero este ni le miraba a la cara. Cuando le veía, miles de recuerdos pasaban por su mente y solo quería vivirlos de nuevo. Era increíble el presenciar como una persona que había significado tanto ya no era nada.

Solo quedaba olvidar.
Pensaba que el destino los volvería a unir, pero el tiempo pasa y no ha sido así.

Las cosas tienen un final, solo se viven una vez; y por mucho que duela es algo que tenemos que aceptar. Lo mejor es quedarse con lo bueno de las cosas. No todo lo que he escrito aquí, tengo mil millones de momentos más que he decidido quedármelo para mi. Porque esta es mi historia.



Fin.

Parte 21.

Los días pasaban no habían respuestas.
Dijeron que volverían a quedar para hablar las cosas, pero nunca decían días. Ella volvió a rayarse,si no veía reacciones era normal, quería estar con él por encima de todo y cada vez lo veía más difícil.
Seguían sin verse, él le dijo que si quería hablar las cosas por chat, pero la chica le contestó que prefería hablarlo en persona.
Otro gran error.
Ella seguía con sus esperanzas, no hacía más que hacerse ilusiones. 
Abrió una entrada... Esa canción... No podía para de escucha

Parte 20.

Viernes.
Le habían dicho que quería hablar con ella, pero la chica sabía que si hablaba con él se pondría peor, y ahora que había conseguido estar bien, el hablar con él solo empeoraría las cosas.
Como no, por la noche le vio, un amigo suyo le convenció para que hablara con el, al final cedió, en realidad se moría de ganas por escuchar su voz otra vez.
Él estaba ahí, en el banco, tan guapo como siempre, llevaba una camiseta morada, estaba precioso.
Ella le dijo que no había cumplido su promesa, aquella que le dijo una tarde en su patio, le prometió que siempre estarían juntos, a lo que él contestó que todavía no era tarde para cumplir aquello que le dijo.
La chica se tenía que ir, aquellas palabras se quedaron en el banco. Suponía que volverían hablar, pero quien sabía.
En realidad había vuelto a sonreír, recordaba la conversación una y otra vez, pero a la vez le daba vueltas a todo aquello.
Solo podía esperar.

Parte 19.

No pudo dormir en toda la noche. No dejaba de darles vueltas y solo quería encontrar una solución a todo aquello. Tampoco era capaz de hablarle, para ella hablar a una persona e insistirle cuando te ha dicho que no, es como no respetar su decisión, es más, tampoco quería ser la típica pesada, ya le buscaría él.
Le recordaban que daba igual perderle, pero ella tenía cargo de conciencia por no tenerle a su lado. Le importaba una mierda lo que le dijeran, solo le quería a él.
Subió al coche, daba igual quien estuviera delante, no era ningún impedimento para que sus lágrimas salieran, eran inevitables.
Una perdida.
Era su amigo, ella llamó.
Entonces si que no pudo dejar de llorar al escuchar que a él se le había caído una lágrima, eso la destrozó, lo último que necesitaba era que la persona que quería llorara. Le dijeron que si se podían pasar por su patio, pero no podía.
Colgó.
Ya no supo nada  de él.
Pero su cabeza no dejaba de pensar. Se preguntaba que pasaría en un tiempo, si encontraría a alguien o si simplemente volverían hablar.

Parte 18.


Encendió el ordenador temprano con alguna esperanza de que se conectara antes, pero nada... Su amigo sí que le habló , y a él le comentó todo lo que quería decirle; que le quería de verdad, que la perdonara por todos los fallos cometidos, que iba a madurar y cambiar todas sus actitudes de niña pequeña, que quería esforzarse porque aquello saliera bien, que era la persona que quería tener a su lado y pondría todas sus fuerzas en aquella relación.
Su amigo le decía que lo intentara, que él la quería muchísimo y que las cosas se solucionaban hablando, esas palabras animaban a la chica y la hacían  sentirse más segura de lo que quería hacer y de si misma.
Entonces se conectó, no recuerda exactamente como fue la conversación pero sí de lo nerviosa que estaba, le sudaban las manos, era incapaz de escribir. Intentó decirle todo aquello que tenía pensado, pero entonces esa frase tan dolorosa "Lo de ______ ha sido la gota que ha colmado el vaso" acabó con todo.
Todo había terminado en cuestión de minutos. Todos sus planes, todas sus palabras, todos sus sentimientos, todas sus ilusiones... Todo había quedado destrozado con aquella frase.
Apagó el ordenador, entró dentro, se le vino la conversación a la cabeza y derramó una lágrima, luego otra, otra, otra y otra; poco a poco todo eso se fue convirtiendo en llanto, no podía parar, sentía una presión en el pecho y ni si quiera podía hablar.
Aquello fue horrible. Fueron a intentar animarla pero no había manera. Dolía. Dolía mucho.
No quería salir de casa, tenía los ojos hinchados y la sonrisa caída; pero con tal de no oír a su madre y a su amigo se maquilló un poco y se dispuso para salir.
Un gran error.
Vio a una amiga suya y le contó todo lo que había pasado y por la calle de al lado subían dos chicos, uno de ellos llevaba una camiseta amarilla, había pasado dos meses increíbles con él, cosas buenas y cosas malas, pero las cosas buenas se comen a las malas, se habían sonreído, se habían besado y se habían abrazado como dos tontos enamorados viviendo una historia interminable; claro que conocía, era él, su primer amor.
Este se negó a hablar con la amiga de la chica, según él tenía prisa. Ahí quedó.